Para el Frente de Todos “Casadei hipoteca el futuro de la ciudad”

sae




En la sesión del Concejo Deliberante, por pedido expreso del Ejecutivo, se aprobó este jueves un polémico convenio que habilita la instalación de un taller para reparaciones navales en un inmueble municipal ubicado en un sector de la Bahía de San Antonio de máxima vulnerabilidad por su valor histórico y ambiental.

El presidente de la bancada del Frente de Todos, Guillermo Masch, y las concejalas de ese bloque Marcela Dodero y Vanesa Carmona rechazaron el acuerdo que pone en riesgo esa zona, debido a la falta total de precisiones sobre el proyecto, la sustentabilidad económico – financiera de la firma impulsora, los antecedentes empresariales y de sus directivos y, fundamentalmente, el posible impacto ambiental que cualquier intervención en ese espacio pudiera provocar.

La firma que presentó el proyecto es Max Technology SRL, cuyos datos económicos y financieros no figuran en el escueto expediente elevado a este Concejo. Su representante ante el Municipio es Diego Goñi, un emprendedor naval del que nada se aporta en este trámite de manera formal, afirmaron los integrantes del bloque.

La carencia de información oficial adjuntada a la carpeta que se trató en el recinto nos obligó a buscar nuestros propios datos. De allí se desprende que Max Technology es una firma que desde junio de 2018 está registrada para el transporte aéreo de pasajeros y recién hace un año, en marzo de 2020, se inscribió para la construcción y reparación de embarcaciones de recreo y deporte.

Nada dice en sus antecedentes de barcos pesqueros o buques de altura, lo que sería importante para las actividades productivas locales y, en cuanto a su historia en la tarea, aún teniendo como objetivo la construcción o reparación de pequeñas lanchas o gomones, resulta llamativa la propuesta de tamaña inversión con apenas meses de trayectoria en el rubro.

“Se promueve por el presente la instalación de un Taller para reparaciones navales en San Antonio Este, para la restauración y acondicionamiento de buques de diversa índole, especialmente pesqueros, que operan en la plataforma continental Argentina, siendo esta una demanda insatisfecha en nuestro puerto de aguas profundas”, dice falsamente el convenio suscripto. No se dedica a eso esta empresa.

Para ello, la Municipalidad le cederá un inmueble de 200 metros sobre el mar por 100  metros sobre el continente, constituyendo una superficie total de 2 hectáreas de nuestro patrimonio más valioso.

Sin datos fidedignos de la empresa, optamos por buscar de quien opera como su representante ante el Municipio. Se trata de Diego Goñi, un piloto militar retirado, quien revistó en la Aviación Naval durante la dictadura y pidió la baja en 1983 tras la guerra de Malvinas y, huelga decirlo, la recuperación de la democracia.

Desde entonces se dedicó a crear empresas, y según dice un artículo del diario La Nación, tiene una firma exportadora. ¿Cómo llega Goñi a San Antonio? Podemos inferir que el contacto con Río Negro es a través del dueño de aviones viedmense, radicado hace años en Miami, Federico “Fred” Machado, célebre entre otras cosas por ser quien colaboró con dinero y logística para la campaña de José Luis Espert y, no tan gratamente, por ser el dueño del avión en el que se secuestró en España casi una tonelada de cocaína, por lo que fueron presos los hermanos Juliá.

El dinero de Machado, proveniente de Estados Unidos, de actividades vinculadas a los aviones, según se sabe en la capital provincial, fue a parar a campos, mineras e inversiones diversas, gerenciadas por su primo, el ex basquetbolista Claudio Cicarelli, con fuertes vínculos empresariales con el sanantoniense Claudio Urcera y el referente de Cementos de Sur, el también aviador de Baires Fly, Luis Longo.

Goñi, según dice La Nación, trajo desde Estados Unidos a Argentina un avión antiguo que participó en Malvinas, que había sido adquirido por Machado en ese país.

En conclusión, de la firma Max Technology, nada se sabe y de su apoderado, Diego Goñi, lo que se sabe no da ninguna tranquilidad.

Ahora bien. ¿Qué inmueble está cediendo por 180 mil pesos mensuales el Municipio a esta gente, por ni más ni menos que una década?

Se trata de un sector situado camino a la Antigua Caballeriza, en inmediaciones del primer faro y el primer puesto de la Prefectura de finales del siglo XIX, antes de la fundación de San Antonio en la Caleta Oeste, en lo que se conoció como Saco Viejo.

Allí, entre médanos y mar, a unos pocos metros del puerto y de la colonia de lobos marinos, una firma desconocida, en manos de un ignoto empresario, usufructuará dos hectáreas costeras por al menos 10 años.

Descontamos que, tamaña inversión, contará con el correspondiente estudio de impacto ambiental. En las breves diez carillas que nos elevaron existe un informe que carece de validez legal, porque lleva la firma  de un investigador local, que trabaja desde una consultora particular, para lo cual está inhabilitado por ser científico full time del Conicet, organismo que no autorizó, al menos expresamente en el expediente, a la realización del estudio.

Otra irregularidad en un trámite que no deja nada claro. Sólo, que los sanantonienses, grutenses y portuarios cederemos por una década uno de nuestros espacios más valiosos y vulnerables a una empresa “caída del cielo”, valga la metáfora.

Por todo ello, los concejales Guillermo Masch, Marcela Dodero y Vanesa Carmona rechazamos de plano este convenio.

https://www.cuitonline.com/detalle/30715695037/max-technology-srl.html

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/malvinas-los-pilotos-volvieron-islas-su-viejo-nid2234192/

https://elauditor.info/noticias/secretos-del-clan-narco_a59c2f1de0041ac58e313d822

QUÉ TE GENERA ESTA NOTICIA



Artículo anteriorSAO: formulan cargo a tres mujeres por hostigamiento
Artículo siguienteVacunación “seguimos según los listados que nos envían desde el ministerio” dijo Iaquinta