Aquella San Antonio Oeste sin agua de red: cuando el vital líquido repartía y se vendía por litro

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HISTORIAS SANANTONIENSES. Para las nuevas generaciones, es esencial saber que San Antonio, desde su nacimiento, por unos 60 años, no contó con el servicio de agua corriente de red.


Un tren abastecía del vital líquido y ésta se repartía casa por casa.

Fue así como en 1911, casi seis años después de su fundación, en la localidad, una comisión vecinal acepta la propuesta de Fidencio Leal para repartir agua a domicilio a razón de $0,55 los 200 litros.

Los vecinos de San Antonio que habían visto defraudadas sus esperanzas de que la comitiva oficial recorriera el pueblo, recibieron en cambio con júbilo inmenso la noticia que el gobernador Gallardo había conseguido del señor presidente. La promesa de conducir gratuitamente por ferrocarril el agua que ese pueblo necesitaba, agua que se traería en tanques especiales desde el arroyo Valcheta”, relataba un anónimo cronista del periódico Flores del Campo, que la comunidad salesiana publicaba en Viedma, en su ejemplar del 9 de abril de 1910.

Tras la partida del presidente Figueroa Alcorta y su comitiva ministerial, la solución definitiva al problema del aprovisionamiento de agua potable –como ya se reseñó, agudizado con el punzante crecimiento poblacional– quedaría postergada durante décadas.

La primera dificultad ha sido y sigue siendo el problema del agua”, apuntaba el 22 de marzo de 1910 el corresponsal de La Nación, que había llegado a San Antonio con motivo de la visita presidencial. “No queda más recurso que comprar el agua, la que además de no ser buena, se vende a razón de 1 peso el barril de 100 litros”, explicaba.

En el mismo sentido, el corresponsal del diario capitalino reseñaba, en franca alusión a la fugaz visita de la comitiva presidencial, que los vecinos “querían decirle al Dr. Figueroa Alcorta que San Antonio necesitaba agua abundante y barata, terminando con la carga actual, pues se les cobra 80 pesos por un tanque de 25.000 litros trayéndola desde Valcheta, desde el arroyo que la provee copiosamente”.

En estas circunstancias, el 23 de enero de 1911 una comisión vecinal provisional aceptaba la oferta de un proveedor de agua potable, don Fidencio Leal, quien comenzó a repartir agua a domicilio a razón de $0,55 centavos por cada los 200 litros. (Fuente Izco-Lefevre)

  • Aguateria municipal, dibujo de Joaquín «bocho» Izco.

 

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