Editorial: tendencia desfavorable

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Es compleja la situación de los trabajadores en el Puerto del Este. Están ante un problema en la exportación que no crece y eso hace que sean complicadas las negociaciones paritarias, como también sostener el plantel de obreros.

Hace pocos días evidenciaron desde el gremio SOPSAO, la preocupación de los retiros voluntarios que se ofrecieron y la posibilidad de que no ingresen reemplazos de trabajadores.

El ministro Banacloy, mencionó a quien suscribe, que aún están en estudios varias formas de oportunidades, para tratar de sostener con mayor asiduidad los cargamentos, pero enumeró inmediatamente que mucho de la fruta rionegrina sale por Chile o Buenos Aires.

Una de las posibilidades serían los reembolsos por Puertos Patagónicos. Una de las primeras medidas que eliminó el gobierno de Mauricio Macri, en desmedro de las terminales con menor potencialidad de carga y cediendo a la presión de los conglomerados bonaerenses.

Macri hizo estallar varias medidas que beneficiaban a la Patagonia, no fue por todas, porque el ambivalente político Pichetto intervino incluso antes de ser su aliado incondicional.

Pero ni la producción remonta, ni las salidas al exterior aumentan. Por eso decae el Puerto. Esta temporada será casi igual de penosa a la anterior, salvo algo que suceda en las próximas semanas. Milagros en este país no existen.

Cuanto más podrá sostenerse la terminal portuaria, sin la rentabilidad que necesita cada año, con las incesantes caídas en la oferta de exportación, para afrontar los costos fijos, ante esta pérdida de competitividad con los puertos, mencionados por el ministro rionegrino de Producción y Agroindustria.

El Puerto del Este se mantiene solo con la fruta y salvo el año pasado, los números más o menos alcanzaron a estar mínimamente estable, con las llegadas de las aspas y material eólico. Un producto alternativo que vino muy bien para el dificultoso 2019.

Pero la tendencia sigue siendo desfavorable. Hoy el Puerto rionegrino de ultramar trabaja casi al 30% de su capacidad operativa, esto es porque fue cayendo de manera sostenible. El año pasado fue la peor temporada de la historia con poco más de 152 mil toneladas. En esta esperan 155 mil.

Por lo expuesto por Banacloy, no hay un escenario inmediato de recomposición en la fruticultura. Entonces el futuro es más complejo, porque la actividad portuaria seguirá estancada en estos valores, incluso aún más baja, si la tendencia sigue en caída. Obviamente con este contexto resultante del último lustro, con balances que no generan utilidades, la actividad portuaria continuaría perdiendo beneficios.

El trabajador portuario es el último eslabón de la cadena productiva que se inicia en el medio y alto valle rionegrino. La dependencia de la terminal portuaria de este producto primario es total.

El ministro Banacloy dijo diversificar los destinos. El tema es como, si la problemática principal es la producción de la fruta, que tampoco remonta en sus bases.

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