El complejo panorama económico local, con situaciones como la de ALPAT, ha generado una discusión entre actores políticos de la oposición sanantoniense.
El eje del debate giraba en torno al apoyo a la continuidad de la fuente laboral, cada vez más amenazada cuando gobiernos de corte liberal —antes Macri, hoy Milei— promueven la apertura de importaciones en desmedro de la industria nacional.
El liberalismo sostiene que, con una mayor apertura al ingreso de productos del exterior, los precios internos disminuirán. Sin embargo, los productos fabricados en el país no cuentan con exenciones impositivas, y los costos de los servicios aumentaron cerca de un 1000% en el último año, sumando a una devaluación y un dólar poco competitivo. Esto ha encarecido significativamente la matriz productiva nacional, mientras que los productos del exterior ingresan incluso subsidiados por sus propios Estados, como es el caso de la soda Solvay proveniente de China.
La diatriba entre el concejal Masch y representantes de Compromiso Ciudadano fue innecesaria. Ambos temas —el económico y el ambiental— son complejos, debatibles y deben ponerse en consideración, especialmente lo que tiene que ver con la contaminación. Asimismo, Masch también llevó la discusión al terreno político, y en este contexto empieza a vislumbrarse el escenario rumbo a 2027.
Tanto Compromiso Ciudadano, como el peronismo que representa el edil grutense, tienen un objetivo claro: posicionar a su candidato en el sillón de la calle Brown. Cada sector construirá su estrategia para captar votos, ya sea para Fabio León o para Luis Noale. Todo lo que hoy se hace tiene ese propósito político, más allá de los adornos discursivos que se sumen al debate. El verdadero destino de esta discusión es la próxima contienda electoral.
Ahora bien, ¿cómo se posicionarán los actores principales de cara a lo que pueda suceder en octubre? El hecho está planteado: habrá quienes trabajen activamente y quienes elijan ser solo espectadores. Porque si en algún momento se toma partido y el resultado no acompaña en las elecciones de 2025, también se sufre un retroceso con miras a las del 2027.
Este año volverán a escena Doñate, Villaverde, Tortoriello, Juan Martín, Rivero, y quizás Pesatti. Nada nuevo en el espectro provincial: los mismos nombres que ya compitieron en elecciones anteriores, sin el recambio que la ciudadanía demanda.
Por ejemplo, en Capital Federal, en cambio, emergen opciones más novedosas junto a la vieja política. Allí se podrá observar cómo se comporta el electorado. Cada partido apostará a su estructura, mientras otros competirán con lo que tienen. De todos modos, la sociedad busca algo más: representantes que realmente defiendan sus derechos y satisfagan, al menos mínimamente, sus necesidades. Eso es lo que hoy importa: sentirse representados.
Ejemplos sobran. Milei a nivel nacional, Ignacio Torres en Chubut, o Pullaro en Santa Fe, llegaron con discursos rupturistas, anti-sistema, rompiendo con lo establecido. Sus triunfos respondieron a una crisis de representatividad, pero también al deterioro económico en aquel 2023.
Habrá que observar si lo que ocurrió hace dos años, se repite en este 2025.