¿QUÉ ES UN JUANETE O HALLUX VALGUS?





Se trata de una deformidad del primer dedo del pie viéndose afectados por tanto el primer metatarsiano junto con sus dos sesamoideos, resultando en desviación del primer metatarso para adentro (varo) y desplazamiento del primer dedo (hallux) para afuera (valgus).

El defecto de alineación del  1er. dedo del pie provoca la formación de un «juanete», un saliente óseo o sobrehueso situado en la parte interna.

CAUSAS Y FACTORES DE RIESGOS.

Las mujeres son las principalmente afectadas por el hallux valgus (en el 95 % de los casos). Otras causas son:

  • Uso de zapatos inadecuados (por ejemplo: demasiado estrechos o puntiagudos), tacones altos.
  • Pie egipcio (exceso de longitud del 1er. dedo del pie).
  • Pie plano (valgus).
  • Edad: es más frecuente en mujeres de edad avanzada.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

En los juanetes existe una inflamación dolorosa del borde del pie en la zona de la unión del dedo con el resto del pie. Produce dolor continuo y sordo localizado en esa zona, que empeora al caminar. A veces se nota sensación de roce, chasquido o crepitación al mover el dedo, además de la deformidad.

La historia clínica y la exploración del pie son los elementos fundamentales para el diagnóstico. El médico puede solicitar que le practiquen unas radiografías, aunque no siempre es necesario, salvo si se decide por la intervención quirúrgica.

¿CÓMO SE TRATA?

Inicialmente se trata con medicamentos antiinflamatorios y analgésicos. Es muy importante utilizar un calzado adecuado, evitando los zapatos  de puntera estrecha o tacón alto. Elija calzado de horma ancha que no le roce en el juanete. En ocasiones, los protectores dérmicos en material siliconado en la zona del juanete alivian el dolor. La utilización de ortésis de silicona de separación entre 1° y 2° dedo son generalmente mal toleradas dentro del calzado y las férulas de uso nocturno se consideran que no tienen un efecto permanente.

En caso de fracaso de estos tratamientos y en caso de complicaciones (por ejemplo: artrosis), una intervención quirúrgica es entonces necesaria.

La corrección quirúrgica es la opción definitiva. Existen varias técnicas, a elegir en función de la gravedad del diagnóstico. 

Dr. Edgar Torres, traumatólogo, hospital S.A.O.

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