Con la llegada del primer barco al puerto de San Antonio Este, dio comienzo oficialmente la temporada de exportación de peras y manzanas de Río Negro y Neuquén. Sin embargo, el sector enfrenta un panorama desafiante marcado por un contexto internacional adverso, el atraso cambiario y preocupaciones sobre la calidad de la fruta.
El buque, que arribó el jueves por la noche, zarpará este 4 de febrero con destino a Estados Unidos, uno de los principales mercados para la fruta de la región. No obstante, la reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha generado incertidumbre en el sector frutícola. Su promesa de fortalecer el dólar y las posibles medidas proteccionistas podrían impactar negativamente en los precios de exportación y en la competitividad de los productores del Alto Valle.
La política de Trump de fortalecer el dólar ya ha comenzado a mostrar sus primeros efectos. Un dólar más caro debilita otras monedas, lo que afecta directamente a los países compradores de frutas argentinas. Brasil y Rusia, principales destinos de las exportaciones de peras y manzanas en 2024, han visto caer sus monedas en un 16,4% y 9%, respectivamente, en el último año. Esto significa que los productores locales recibirán menos dólares por la misma cantidad de fruta exportada.
Nicolás Sánchez, presidente de la CAFI, expresó su preocupación por este escenario: “La paridad de monedas es la condición más dura para la fruticultura local en esta temporada. Lo que rinde en dólares una venta a Brasil o Rusia es significativamente menor que hace un año”.
Además, el debilitamiento del euro, que se depreció casi un 4% frente al dólar en el último año, ha reducido las ventas a Europa. “Le estamos vendiendo menos a Europa por un problema de paridad”, agregó Sánchez.
A nivel local, el atraso cambiario y la inflación han generado una apreciación real del peso argentino, lo que encarece los costos de producción en dólares y reduce la competitividad de las exportaciones. Según datos del Banco Central, el tipo de cambio real entre Argentina y Estados Unidos cayó casi un tercio en el último año, lo que dificulta la colocación de productos en el exterior.
Por otro lado, la calidad de la fruta se ha convertido en un tema central. En los últimos años, la proporción de fruta de tercera y cuarta categoría ha aumentado significativamente, lo que complica su comercialización en mercados exigentes. “El 60% de la descapitalización del valle se debe al deterioro de la calidad de la fruta”, señaló un analista del sector que prefirió mantener su nombre en reserva.
A pesar de los desafíos, algunos especialistas ven oportunidades en el nuevo escenario global. Las posibles medidas proteccionistas de Trump podrían abrir mercados alternativos para la fruta argentina, ya que algunos países podrían reducir sus importaciones desde Estados Unidos como represalia. Además, un eventual tratado de libre comercio con Estados Unidos podría beneficiar a los productores del Alto Valle.
Para enfrentar estos desafíos, los expertos recomiendan enfocarse en mejorar la calidad de la fruta y optimizar las prácticas de producción. “El camino es hacer mejor lo que ya hacemos, en lugar de buscar algo distinto”, afirmó el analista consultado. Esto incluye inversiones en maquinaria, mallas antigranizo, poda y aplicaciones sanitarias, entre otros aspectos.
La temporada 2025 de peras y manzanas en Río Negro y Neuquén se presenta como una de las más desafiantes en años recientes. Con un dólar fuerte, un atraso cambiario significativo y preocupaciones sobre la calidad de la fruta, los productores deberán adaptarse rápidamente a un entorno global cambiante. Sin embargo, con estrategias enfocadas en la mejora de la calidad y la optimización de los procesos, el sector podría encontrar oportunidades para superar estas adversidades y mantener su lugar en el mercado internacional.