El día miércoles 5 de agosto pasadas las 21:3 horas un pescador se contactó con Agentes del Servicio Provincial de Áreas Naturales Protegidas de Bahía de San Antonio perteneciente a la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Río Negro, el cual manifestó que durante el día había visitado la zona conocida vulgarmente como “La Alcantarilla” (Barranca Final) lugar en el cual había avistado un reptil en la playa que parecía ser una Tortuga Marina sin signos vitales.
Al día siguiente se decidió ir a constatar y cuando los agentes llegaron al lugar se encontraron con una gran sorpresa
Se trataba de un ejemplar sin vida de tortuga verde, Chelonia mydas, el animal fue colectado para su estudio y esa misma noche cuando se arribó a San Antonio Oeste el espécimen fue entregado en la Universidad del Comahue a los investigadores del CIMAS y de la ESCiMar quienes decidieron congelar el animal así posteriormente realizar una necropsia para tomar muestras biológicas e intentar averiguar si murió de causas naturales o si algún factor antrópico influyo.
La Secretaria de Ambiente de la Provincia de Río Negro Dina Migani destacó “que este animal sorprendió a los investigadores por su tamaño, por lo que se estima que sea un animal muy longevo, recordó también que esta especie se encuentra en peligro de extinción a nivel global según la Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza (IUCN)”
Algunas de sus playas de nidificación se encuentran en Brasil, desde donde viajan para alimentarse hasta zonas muy remotas. El Golfo San Matías, San José y Golfo Nuevo constituyen el área de distribución más Austral de las tortugas verdes. Para el caso de Golfo San Matías este registro se suma a otros 10, incluyendo a “Yenua” un ejemplar juvenil que fue equipado con un rastreador satelital y liberado en la Bahía de San Antonio.
DESCRIPCIÓN DE LA TORTUGA VERDE
Esta especie, declarada monumento nacional natural en Argentina, es una de las más grandes, pues mide de 71cm a 1.5 m de longitud y mantiene un peso de 68-190 kg. La tortuga verde más grande que se ha registrado, alcanzó el asombroso peso de 395 kilos. Los machos son más grandes que las hembras. Sus cabezas son pequeñas a comparación de su cuerpo y sus aletas en forma de remo están perfectamente adaptadas para el nado.
Su fuerte caparazón varía de acuerdo con la ubicación geográfica de la especie, ya que presenta tonos olivos, marrones o negros. De igual forma, puede variar el color con el paso del tiempo. Las tortugas verdes no pueden meter la cabeza para ocultarse dentro de su caparazón. Esta habilidad se da mayormente en las especies de tortugas terrestres.
Su mandíbula superior contiene un borde con dientes no tan fuertes y definidos como los que poseen en la parte inferior. A comparación de otras especies marinas, esta cuenta con una sola garra en sus extremidades frontales.